Hoy os contamos cómo surgió la iniciativa Hateblockers y os presentamos
más en profundidad a nuestra querida nutria Medi.
Hateblockers surge de dos lugares distintos, pero en algún punto coincidentes: del hecho de que las redes sociales pueden ser un foco de odio y de la búsqueda del good vibes en las redes sociales. Nos preocupa que la juventud cargue con las malas acciones y los vicios de generaciones anteriores, de hecho, en vez de good vibes hubiéramos escrito “buen rollo”.
Imaginémonos por un momento que entrásemos en las redes sociales para recomendar un libro que nos ha gustado; una canción que nos pone a bailar instantáneamente; una serie que nos ha enganchado o una peli que hemos visto. ¿No sería ese espacio virtual un lugar mucho más alegre? ¿Por qué nos empeñamos en que sea un corredor del odio?
Y de ahí nace la segunda cosa que vamos a bloquear: esos corredores del odio tienen nombre, los bulos. Las fake news (o como se decía antiguamente: las paparruchas) están socavando nuestras libertades. Robert Dahl en La democracia situaba a un pueblo informado como condición necesaria para que hubiera una democracia de calidad. Para ello necesitamos dos cosas: periodistas con libertad de expresión y ciudadanía con libertad de información. Y aquí llega el gran “no obstante”: tenemos derecho a que la información sea veraz y contrastada.
Las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación informal, pero no por ello nos merecemos menos información. O mejor dicho: no por ello nos merecemos que la información que recibimos sea menos veraz.
Por lo tanto, llegamos a la gran conjunción: ¿Qué pasa cuando se juntan un mensaje de odio con un contenido viral? Podríamos decir que nuestra democracia corre peligro (y es verdad), pero a veces sentimos que “la democracia” no es algo que salga de paseo, vaya a un parque o tenga inquietudes. Si la democracia corre peligro es porque la gente que la compone corre peligro. Cuando bloqueamos el odio, formamos un muro de contención para que nuestros amigos y amigas sean más felices.
Medi es la nutria Hateblockers. Tiene un look extraño, eso nos impactó. Se quitó las gafas de aviador y la bufanda y nos dijo: “No sabéis cómo estaba la autopista, qué atasco, qué estrés, madre mía, cómo están las cabezas, ¡las cabezas cómo están!” La verdad es que no entendimos demasiado.
Le comentamos nuestro proyecto y le encantó. Así que se va a dedicar a aparecerse por las redes sociales para decir cosas que, muy probablemente, necesitan ser dichas. Así que, cuando te sientas mal o veas que alguien está haciendo sentir mal a otra persona, busca entre sus muchos recursos y compártela. Seguro que en esta presa acuática contra el odio encontramos una solución. ¡Sé bienvenid@!